Llevábamos más de un año pensando en tener unas cuantas ovejas, no muchas entre 3 y 5, en principio. Desbrozan, dan estiércol para la huerta, lana y, si fuese el momento, (aún está en el aire esa parte) leche y carne.
![]() |
Silvi conociendo a sus nuevas compañeras (ya no se acuerda del susto que pasó la primera noche... jaja) |
Aunque aún no teníamos pensado traerlas hasta finales de verano, "estaban ahí" para nosotros, así que no lo dudamos, y desde hace 2 semanas están aquí. Hemos hecho un apaño rápido al lado del gallinero mientras acabamos su cobijo (si paran un poco las lluvias... nos pondremos con ello).
Así que ahora tenemos 3 nuevas inquilinas: una "ovella galega" (la mayor, que igual está preñada), una negra castellana, y un cruce galega-castellana (ambas de 5 meses). Y, por supuesto, tenían sus nombres en su antigua casa: Chulín, Pin y Orellicas ("Llicas" para abreviar.)
Estamos en proceso de adaptación, ellas a nosotros, nosotros a ellas, pero van viento en popa. Las más fáciles, sin duda, las pequeñas, pero poco a poco, la mayor va cogiendo confianza. Queremos ir cambiándolas a las diferentes fincas, para que vayan ayudándonos a desbrozar (este año, con tanta lluvia, hay hierba para aburrir), así que toca acostumbrarlas al pastoreo.
A mí ya me han conquistado, así que, ¡habrá ovejas para rato!
No hay comentarios:
Publicar un comentario