Desde hace ya unos cuantos años (creo que unos 6) hemos incluido en nuestra alimentación el consumo de bellota de roble. Y aunque llevábamos un par de años con escasez de ellas (a causa de heladas tardías y del escarabajo que los devora en verano), este año tenemos preparadas en cantidad.
Cada uno escoge el método de desamargado que mejor le conviene, pero os explicamos a grandes rasgos cómo lo hacemos nosotros:
- Las limpiamos de su cáscara interior e imperfecciones y las partimos a la mitad.
- Cocemos en abundante agua hasta que estén tiernas (nosotros las dejamos en la cocina de leña un par de horas a fuego lento).
- Retiramos el agua aún cargada de taninos y batimos hasta obtener una pasta ya desamargada que después usaremos en nuestras recetas. (Iremos haciendo un pequeño recetario de las que vayamos preparando, entre el blog e instagram).
Si os interesa el tema, os animo a conseguir el libro de Cesar Lema Costas, "Manuel de cocina bellotera para la Era Postpetrolera", interesante de principio a fin.
Y la cascarilla exterior la ponemos a secar, para usar como otro aporte más de materia en nuestro baño seco.